

Lua se quedó dormido y, de repente, se encontró en un jardín brillante. "¡Lila! ¡Estás aquí también!", exclamó alegremente. Lila saltó entre flores y rió diciendo: "¡Este es nuestro sueño mágico!" Juntos corrieron tras una mariposa azul. "¿A dónde crees que nos lleve?", preguntó Lua con curiosidad.

Lua y Lila siguieron a la mariposa hasta llegar a un río que hacía música. "¡Escucha, Lua!", dijo Lila mientras el agua tocaba una melodía suave. Saltaron de piedra en piedra, riendo. Lua cantó con el río y Lila aplaudió. "¡Esta tierra es maravillosa!", gritó Lila llena de alegría.

Bajo un árbol muy grande, los hermanos se sentaron a descansar. "Este árbol habla", susurró Lua sorprendido. "Hola, Lua y Lila, guarden sus recuerdos aquí", dijo el árbol. Lila abrazó el tronco y contó su día feliz. Lua talló un corazón en la corteza con su dedo mágico de sueño.

El sol salió y Lua sintió que el sueño terminaba. "¡Nos vemos en el próximo sueño, Lila!" dijo Lua besando a su hermana. Lila sonrió y desapareció suavemente. Despertaron en sus camas, felices por su aventura. "La tierra siempre nos amará", murmuró Lua soñoliento.