

Es lunes por la mañana. Mi padre mira el reloj y dice: "¡Tengo prisa!" Yo digo: "Papá, respira." Él busca las llaves. No las ve. El reloj hace tic-tac muy fuerte.

Busco en la mesa. Digo: "Papá, ¿y tus bolsillos?" Él toca su chaqueta y sonríe. "¡Aquí están!", grita. Luego corre a la puerta. Yo agarro su mochila.

Salimos a la calle. Mi padre dice: "El autobús llega ya." Corremos juntos, paso rápido. Él ríe y dice: "¡Eres veloz, Marta!" Yo digo: "Sigue, papá." Vemos el autobús en la esquina.

Llegamos justo a tiempo. Mi padre sube y dice: "Gracias, hija." Yo sonrío: "De nada, campeón del trabajo." El autobús se va. Camino a clase, tranquila. Pienso: hoy la prisa fue divertida.