

Barbara despertó sonriente. "Hoy conoceré mi cuerpo", dijo frente al espejo. Se estiró como gato y respiró profundo. En la escuela habrá una presentación. Barbara decidió explorar, aprender, y cuidar cada parte.

Tocó su cabeza con cuidado. "Aquí vive mi cerebro", susurró. Su cabello corto, castaño claro, la protege del sol. Prometió usar casco al pedalear. También lavarlo y peinarlo suavemente.

Parpadeó rápido, luego miró lejos. "Ojos, gracias por ver colores", dijo. Practicó descansar la vista mirando una planta. Decidió no frotarse. Usaría gorra y gafas de sol en días brillantes.

Escuchó pájaros y una risita. "Oídos, me ayudan a bailar", comentó. Bajó el volumen del juguete. Prometió no meter nada en las orejas. Secó sus orejas con toalla suave tras bañarse.

Olfateó pan tostado y sonrió. "Nariz, avísame de olores ricos", dijo. Practicó respirar por la nariz, lenta. Se sonó con pañuelo, delicada. Evitaría humo y polvo para cuidar sus pulmones también.

Mostró su sonrisa en el espejo. "Boca, hablas, cantas y masticas", dijo. Cepilló dientes dos minutos. Bebió agua fresca. Decidió comer menos dulces pegajosos y visitar al dentista regularmente.

Agitó sus manos alegres. "Manos, dibujamos y abrazamos", dijo. Lavó con jabón entre dedos. Cubrió un rasponcito con curita. Practicó estirar brazos antes de jugar y escribió su nombre con cuidado.

Saltó la cuerda en el patio. "Piernas, me llevan a aventuras", dijo. Ató bien las agujetas. Usó zapatos cómodos. Miró el camino y frenó antes de la calle, cuidando su cuerpo valiente.

Acarició su piel morenita. "Piel, me cubres y sientes", dijo. Puso bloqueador solar para jugar. Usó jabón suave y crema. Limpió un raspón con agua, respiró, y lo dejó respirar también.

Corrió tres vueltas y paró. "Escucho pum, pum", dijo, tocando el pecho. Inhaló por la nariz, exhaló lento. Juró evitar humo. Jugaría al aire libre para mantener corazón y pulmones felices.

Comió fruta de colores. "Gracias, pancita, por transformar energía", dijo. Masticó despacio cada bocado. Bebió agua suficiente. Aprendió que la fibra ayuda al tránsito, y que escuchar su hambre es sabio.

Preparó su cartel para clase. "Cerebro, aprendes cuando descanso", dijo. Apagó pantallas temprano y se estiró. Durmió bien, soñando aventuras sanas. En la escuela, explicó feliz cómo cuidar su cuerpo, con orgullo.
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